A L'INTERIEUR (aka Inside) Dirigida por Alexandre Bustillo y Julien Maury. Con Alysson Paradis, Beatrice Dalle, Nathalie Rousell, Ludovic Berthillot, Nicolas Duvauchelle. Disponible en DVD Zona 1 próximamente o en distribuidores no tradicionales.
El otro día llegó a mis manos esta película. La acepté sólo porque actúa Beatrice Dalle y ya saben lo que le ocurrió a mi generación con Beatrice Dalle: vimos Betty Blue cuando éramos muy chicos y, claro, bastó traducir el título original 37,2 en la mañana, para convertirla de inmediato en una musa sexual. Los primeros minutos de Betty Blue son parte de mi antología porno, junto con algunos momentos de El último tango en París o el polvo de Cuerpos ardientes (Body heat, de Lawrence Kasdan).
En A l'interieur (un título enigmático fácilmente confundible con cine-arte), la señora Dalle no aparece desnuda sino bastante tapada, pero nunca antes los huesos de su rostro se vieron más angulosos e impresionantes. Todo en ella proyecta tensión, miseria y locura, los tres ingredientes más reconocibles en esta película demente surgida de la novísima corriente del horror francés. Amparados por el éxito de Alexandre Aja (El despertar del diablo), los realizadores de A l' interieur decidieron filmar algo así como la anti-Juno. Estamos ante una película que toca el tema del aborto, pero no desde el punto de vista meramente sociopolítico, sino desde el aspecto más biológico, el orgánico, el correspondiente a piel, fluidos, sangre, vísceras y tejidos, todos ellos presentes en la cinta desde su chocante secuencia de créditos.
Sarah (Allyson Paradis) tenía cuatro meses de embarazo cuando chocó en auto junto a su marido. El padre de su hijo murió trágicamente y ella tuvo que aperrar sola. Ahora tiene nueve meses, es la noche de Navidad, y se prepara para tener a su hija en las próximas horas. Sola, independiente y aquejada por los recuerdos de su difunta pareja, en medio de la noche Sarah recibe una visita inesperada. Al igual que en High tension, el terror se manifiesta en las horas de descanso, sirviendo como el catalizador para detonar una seguidilla de terrores domésticos que, en este caso, tiñen de sangre todo lo que se mueva. La visita que Sarah no espera es La Femme, una Beatrice Dalle encajada en un impermeable negro y con muchas ganas de hablar con la dueña de casa. Lo que sigue es, como siempre en estos thriller gore-sicológicos, el baño de sangre, esbozado aquí como un festín donde la simpleza de los recursos y la crueldad de los cineastas para maltratar a sus personajes resulta sencillamente admirable. No se trata de efectismo puro, sino de una verdadera declaración de principios. En A l'interieur todo lo que se puede cortar, se corta, todo lo que se puede clavar, se clava, premisa que se cumple cabalmente hacia el desenlace. La villana interpretada por Dalle dispone de una variada gama de herramientas para torturar a su víctima. No recuerdo imágenes más inquietantes como las que finalmente desencadenan el fin de la lucha entre víctima y victimaria. Sólo puedo decir que el rostro de Beatrice Dalle seguramente ocupará mis pesadillas durante varias noches más. O, al menos, hasta que se estrene el remake de Funny Games, de Michael Haneke, con Naomi Watts.