Monday, September 15, 2008

RECONSTRUCCIÓN


Este blog está momentáneamente abandonado por razones de calendario. La pulsión de escribir sobre películas baratas ha sido interrumpida debido a que no he tenido tiempo ni ganas de ver más películas baratas. O sea, he visto cosas alucinantes, como Sucedió en el internado, del gran Emilio Vieyra, con unas chicas de pocos escrúpulos siendo masacradas en un colegio, pero además de contar que está hecha por dos pesos y con un elenco de cuarta categoría, no se me ocurre más que decir. La razón de todo esto es otra obsesión llamada Baby shower y que, a diferencia de la película de Vieyra y de los demás títulos comentados "con displicencia" (como dijo alguien en alguna parte sobre mi irregularidad blogística), Baby shower tiene una particularidad: es mi película. Y la versión número 6 del guión tiene la foto del afiche de una película que nunca vi llamada The nesting (y no The nest, esa es El nido, que fue editada en VHS en los 80).
Saludos. Más cosas, en breve.

Wednesday, April 23, 2008

LOS NIÑOS NO DEBERÍAN JUGAR CON COSAS MUERTAS



Más títulos provocadores. Jesús Franco con su clásico de 1980 conocido mundialmente como White Cannibal Queen o simplemente Cannibals. Aún no le he visto, pero dicen que es una de las películas menos incoherentes del responsable de Vampyros Lesbos. La putrefacción del star system según Kenneth Anger en Hollywood Babylon (1972), un documental de pésima factura basado en el libro de chismes del mismo autor. Se trata de una seguidilla de sketches y recreaciones de los grandes escándalos de los años 30, todo con una voz en off insufrible y un acento en el sexo, las drogas y los accidentes automovilísticos. Vale la pena sólo como rareza.

Bob Clark, autor de la últimamente muy nombrada Black Christimas (cuyo remake, Black Xmas, no tiene nada de despreciable), dirigió un par de títulos de terror y luego devino en lo que los brasileros llaman la pornochanchada. Instauró la veta de chicos imbéciles+humor grueso+mujeres sin ropa para Porky's y su franquicia. Children shouldn't play with dead things (1972) es un título que durante muchos años he perseguido. Parece que tiene de todo.

Y por último, ¿cómo olvidarla? En 1983, a propósito de su estreno, hice un dibujo de Marc Singer en esta película y lo mandé al programa Séptimo Arte, de canal 11. Me acuerdo que lo mostraron en cámara. Vi la película dos veces en el Santa Lucía y sólo ahora, veinticinco años más tarde, me doy cuenta que está dirigido por...Don Coscarelli!!!!! Bienvenidos a la fantasís histórica cutre de El señor de las bestias (o The Beastmaster).

Saturday, April 19, 2008

GASTROENTERITIS


Luego de vomitar durante cuatro horas seguidas (no sé si por sobredosis de Primer Plano o por un ceviche) anoche terminé en la clínica. Me pusieron suero y me devolvieron para la casa. Acabo de ver Nail Gun Massacre y es mala. Tiene una cosa harcore en el trato hacia las mujeres, en la manera en que los directores presentan un universo femenino. La historia se origina en una violación en manada. La víctima es una jovencita y los victimarios, un grupo de obreros de la construcción. Todo esto en el corazón de Texas. El asunto es que los responsables del delito comienzan a morir, uno por uno, de la misma manera: clavados. Un asesino de uniforme, casco, y premunido con una pistola de clavos automática, asesina a unas 15 personas durante la película, incluyendo, por cierto, gente que no tiene absolutamente nada que ver con la historia central y que sólo pasaba por ahí al momento de un crimen. Entre asesinato y asesinato hay un detective con chaqueta de mezclilla que se devana los sesos pensando quién puede estar detrás de la masacre. Sólo hacia el tercer acto de esta obra maestra de la mediocridad, el pavo policía suma dos más dos y concluye que... ¡oh!, esto puede ser una venganza. Hacia el final lógicamente la asesina no es la mujer violada (que se ha recuperado perfectamente del abuso), sino su padre, encarnado por un actor de 25 años con el pelo falsamente encanecido. Pobre, bastarda e ideal para un sábado de convalecencia.

Friday, April 18, 2008

¿QUIÉN NO AMA A BRENDA VACCARO?



No más e-Bay.
No más Amazon.
No más Sazuma.
Bienvenidos sean esos pequeños archivos que tantas alegrías nos dan a diario. Se bajan a tu escritorio en un abrir y cerrar de ojos y luego, por arte de magia, se convierten en obras maestras del Séptimo Arte.
Ok. No le hace bien a la industria el download. La música se ha ido a la mierda (especialmente en Chile, donde nadie compra discos porque, siendo bien francos, no hay disquerías, sólo la impresentable Feria del Disco con sus dependientas chuchoqueras y que nunca cachan nada). El cine y la TV intentan proteger sus obras con derechos cada vez más rigurosos (que, por cierto, casi nunca comprometen a los guionistas). Las películas hay que verlas en cine.
La piratería es una lacra. Todo eso es verdad. Pero ¿qué pasa si eres cinéfilo en un país como Chile? ¿Dónde consigues, por ejemplo, The Toolbox Murders, editada en DVD en USA por Blue Underground, si no quieres esperar un mes a que te lo envíen ni pagar 29.990 más shipping & handling? Las distribuidoras locales son lentas, convencionales y, salvo contadas excepciones, tienen mal ojo. Promesas del este, por ejemplo, una obra maestra que se estrena casi un año después que en Estados Unidos. En DVDR, en cambio, estaba disponible hace seis meses. ¿Cómo quieren las distribuidoras evitar la piratería, si se mandan numeritos como ese? No se trata sólo de tener las buenas intenciones de detener la copia y la descarga indiscriminada, además hay que hacer bien la pega y estrenar lo que la gente que quiere ver. O sea, de todo. En la variedad dicen que está el gusto.
Lista de lujos:

PARANOIA (Umberto Lenzi, 1970): También conocida como A quiet place to kill y, en España, el magnífico título de Una droga llamada Helen. La imparable Carroll Baker (que también está en la extraordinaria y demente Cyclone) protagoniza este giallo plagado de detalles y plot twists. Todavía no la veo.

ANTROPOPHAGUS (Joe D'Amato, 1980): El inefable y prolífico Joe D'Amato en su clásico de todos los tiempos, sobre un hombre/caníbal devorando mujeres en una isla llena de turistas. Un título obligatorio para los fanáticos del género, que cuenta con uno de los desenlaces más brutales, innecesarios y desmesurados de la historia del cine. Aka The grim reaper. En Chile tengo la impresión que se estrenó como La isla del devorador de mujeres en algún cine como Nilo, Mayo, Moderno, Maipo o Ideal Cinema. Si alguien lo sabe, por favor, que escriba.

DIARY OF A NYMPHOMANIAC (Jess Franco, 1973): Un título más en la larga filmografía de franco. Correspondiente a su etapa francesa, donde su productor fue Robert De Nesle (aquí la mujer de Nesle es co-guionista...) y en la cual prácticamente no hay títulos interesantes. Es softcore del viejo Jesús, es decir, abre con un show erótico, hay una dominatrix y el propio director aparece en algo más que un cameo. Bastante fome, hay que decirlo.

CONDORMAN (Charles Jarrot, 1981): ¿Quién se acuerda de esta? Sobre un superhéroe eurotrash. La dieron en el cine Huelén. El cine de los niños. Merece un remake urgente. Y actúa Barbara Carrera, mi mala actriz favorita de todos los tiempos.

TRILOGY OF TERROR (Dan Curtis, 1975, TV): Telefilme de suspenso con Karen Black. Sí, la turnia de Aeropuerto. No la he visto, pero es classic shit.

FRENCH SEX MURDERS (Ferdinando Merighi, 1972): Giallo poco inspirado y de rutina, con una serie de extraños asesinatos en un lupanar. O sea, una casa de putas. Anita Ekberg (La dolce vita) es la regordeta y avejentada cabrona. El detective es una mala copia de Humphrey Bogart y da risa. Los asesinatos son vergonzosos. Malísima, pero encantadora. El original se llama Casa d'appuntamento. O sea, casa de putas.

NAILGUN MASSACRE (1985): Roughie extremo. Al minuto 1 una mujer es violada por un grupo de maestros de la construcción. Al minuto 3, un asesino vestido con casco y de traje militar mata a uno de los violadores clavándole la mano a la frente con una máquina de clavos eléctrica. Lo que viene después no lo vi.

MADMAN: Clásico británico de horror. No la he visto aún, pero está considerada como una de los video-nasties, un puñado de títulos prohibidos en Gran Bretaña durante los 70 y 80 y cuyas copias piratas se distribuyeron de manera clandestina por más de una década entre los cinéfilos que rondaban por La Scala, la sala de cineen Londres.

GREY GARDENS: Documental de los hermanos Masley sobre dos mujeres emparentadas con Jackie Kennedy que viven en una casona. El derrumbe de esta propiedad, ubicada en la zona más rica de los Hamptons, es el gran tema de esta verdadera obra maestra para ver un millón de veces.

SHROOMS: Grupito de ingleses va de viaje a Irlanda donde, aparentemente, existen los mejores hongos alucinógenos del orbe. La idea es un viaje de "recolección y consumo", pero, claro, algo sale mal: alguien termina comiendo el Hongo Malo, convirtiéndose en un ser sediento de sangre. Una premisa genial para una película mediocre, sin sorpresas, filmada casi con un manual. Parece que alguien vio High tension.


ANGUISH: Bigas Luna messing with eyeballs. Protagonizada por Zelda Rubinstein, la viejita enana de Poltergeist.

FINAL EXAM (1981): Slasher ochentero sin ton ni son. Lenta como un bolero y bastante convencional.

BARE BEHIND BARS (1980): Oswaldo de Olivera, el amo y señor del boca de lixo paulista de la década de los 70, dirige este women-in-prison con brutalidad y oficio.

SECRET ADMIRER (1985): En los años 80, la cinta de esta película se quedó atrapado en mi Betamax durante meses. Vi Admiradora secreta unas cuarenta veces y puedo decir que ha mejorado con el tiempo. Es una comedia romántica bobalicona protagonizada por C. Thomas Howell, un actor simpático que nunca se convirtió en nada; Lori Laughlin, a quien actualmente podemos ver como mamá en Summerland; y Kelly Preston, que varios años más tarde se convertiría en la señora de John Travolta. Todo gira en torno a una carta que se pierde en un high school gringo. Chick movie.

THE PROWLER (Joseph Zito, 1981): O El Asesino de Rosemary, según la versión chilensis de este clásico slasher que fuera editado por Videomovies en los 80.

STUDENT BODIES (Mickey Rose, 1981): Comedieta de horror en plan Scary movie, pero más ingenua, menos gráfica y bastante más aburrida.

AMOR ESTRANHO AMOR (Walter Hugo Khouri, 1982): O la polémica cinta protagonizada por Xuxa. Cine brasilero exploitation, pero con tintes sociales. Latera, pero curiosa.

ISLAND OF DEATH (Nico Mastorakis, 1975): Otra de las video-nasties inglesas. Se trata de una película de origen griego, dirigida por el artesano Mastorakis (The wind) con su habitual ineptitud. Una pareja llega a la isla de Mykonos. Aparentemente son hermanos y vienen a descansar, pero las cosas se ponen confusas cuando tienen sexo entre ellos y con otras personas. Cada cinco minutos alguien muere, alguien sale desnudo o alguien es humillado, casi siempre de manera sexual. Es un verdadero delirio de mala leche e incluye todas las perversiones sexuales imaginables por la mente humana. Ojo con la escena de la cabra (me refiero a un animal, no a una niña) y con un golden shower totalmente sorpresivo (y que acabo de arruinarle a quien no la haya visto).

MAKE A WISH (2002): Slasher lésbico que todavía no he tenido el tiempo ni la suerte de revisar.

BODY COUNT (Ruggero Deodato, 1987): Siguiendo la moda de Martes 13, The burning, Just before dawn y, en especial, la trilogía de Sleepaway Camp, el italiano Deodato (Holocausto caníbal) se calienta con este bodrio monumental por el que alguna vez estuve a punto de pagar 30 euros. Me alegro de no haberlo hecho.

ALGUIEN TE ESTÁ MIRANDO (Gustavo Cova e Ignacio Maldonado, 1988): Por el título me dio curiosidad esta película argentina. Un grupo de jóvenes se presta para un experimento, desatando el caos. Tiene momentos.

ANGEL (Robert Vincent O'Neill, 1984): Podríamos considerar esta película como un clásico grindhouse chilensis. Estrenada y reestrenada hasta el cansancio en los cines del centro, nunca tuve oportunidad de verla. Hasta ahora. Donna Wilkes tiene 15 años, es una aplicada estudiante de día, pero de noche es prostituta en Hollywood Boulevard. ¿Qué pasa cuando un asesino necrófilo comienza a despachar la fauna de clientes y putingas? Una joyita.

VIOLATION OF THE BITCH (1978): No, no es porno. Es sólo mala. José Ramón Larraz, el mismo de la muy fome Vampyres, dirige esta amalgama pseudo-intelectual y con toques oníricos que al final se hace extremadamente tediosa y hueca. La historia se resume a que una mujer tiene fantasías eróticas con una mujer y un hombre desnudo a caballo.

ALLIGATOR 2: THE MUTATION (1991): Once años después del original, Jon Hess (watch out, dirigió antes Watchers, basada en la novela de Dean R. Koontz) se hace cargo de esta divertida peliculita de cocodrilo-gigante-por-culpa-de-desechos-químicos. Toda película donde actúe Dee Wallace, la mamá de E.T., vale la pena.

UN LADRÓN, UN VIOLADOR Y DOS MUJERES (Gustavo Ghirardi, 1991): El título no podría ser mejor. Esta película se trata justamente de eso, de un ladrón, un violador y dos mujeres, todos espantosamente feos y sobreactuados, que no hacen más que hablar, hablar y hablar. Grabada en video de última factura, es una bazofia sólo recomendable para cinéfilos de cloaca.

DEATH WEEKEND (William Fruet, 1976): Corrían los años 80 y, una noche de sábado, en super premiere universal, dieron esta película llamada en español Fin de semana sangriento. Sólo recuerdo que estaba muy cortada y que actuaba una mujer de cara redonda llamada Brenda Vaccaro. Película fundamental que me ha hecho no sólo descubrir las carreras de Vaccaro y William Fruet, además la puse en Los amantes caníbales (mi novela y el pretexto de este blog).

Wednesday, March 5, 2008

CRIMEN Y CASTIGO


SUPERSTAR: THE KAREN CARPENTER STORY (1987) Dirigida por Todd Haynes. Mediometraje. De distribución prohibida por ley, sólo disponible a través de Google Video o torrents.

Han pasado varios días desde la última vez que escribí y no hay comentarios. Ya nadie pasea por este blog. Supongo que es el castigo por mi ausencia de tantos meses. En fin. Últimamente, he visto más películas que nunca en mi vida. Mi todo lo del Oscar antes de la premiación, sólo me queda Petróleo sangriento. Me gustaron mucho Expiación porque se parece a esas grandes películas de super premiere universal que daban cuando uno era chico y porque el libro de MacEwan es sublima. No importa si la película es un poco pretenciosa y amariconada, se le perdonan incluso sus ambiciones de convertirse en el Casablanca de este siglo. También aluciné con Lust, caution, la excelente cinta de Ang Lee que homenajea de manera directa cierto cine de espías, en un Shangai ocupada, con altas dosis de sexo, dobles traiciones y un puñado de minutos finales dignos de una antología de la tensión. Sin lugar para los débiles me gustó mucho, pero definitivamente me quedo con Cronenberg en Promesas del este, algo así como el lado B de Una historia violenta, nuevamente con el extraordinario Viggo Mortensen, ahora como un BobbaFett ruso y de buen corazón. Viaje a Darjeeling me entusiasmó muchísimo, a pesar de las malas críticas que había leído: Wes Anderson sigue siendo un viejo conocido. Me gustan todas sus películas. Me hacen sentir bien.
En el mercado no-traidicional he encontrado varios títulos sorprendentes. Por alguna extraña razón estoy adicto a Herzog, no me pregunten por qué, pero me trastornó Rescue Dawn, con el imperturbable Christian Bale como un sobreviviente en Laos, durante los últimos años de la guerra de Vietnam, y Enemigo íntimo, un recuento de los odios y amores entre Herzog y su amigo/alter ego, Klaus Kinski.
Un día de estos mi computador colapsó. Tuve que reemplazarlo. Como el nuevo tiene más memoria y todo, me dediqué a investigar el mundo de los torrents. Mala cosa. De esa forma conseguí Superstar, una de las películas que más he querido ver en la vida (y que más tiempo y plata he invertido en conseguir, sin éxito). Actualmente está disponible en Google Video y es la primera película propiamente tal del señor Todd Haynes, responsable de Lejos del cielo, Velvet Goldmine, la extraordinaria Safe y, por cierto el sorprendente biopic de Bob Dylan, I'm not there (cuyo estreno ¿coincidirá o no con la venida de Dylan a Chile, ah?). 
Hay que decir que Superstar es un mediometraje de 43 minutos filmado en 1987. Siguiendo con la obsesión de Haynes por la vida suburbana, nos encontramos aquí con planos que suenan graciosamente similares a los de la vida de Carol en Safe. Casas acomodadas, BBQ parties, tinas de baño con burbujas y, claro, la música de The Carpenters sonando a todo volumen, elevando a esta modesta producción a una órbita extraña, ambigua, a medio camino entre la denuncia sociopolítica o la carcajada sardónica hacia los extremos de la fama. Superstar cuenta,  modo de pseudodocumental, la investigación efectuada sobre la anorexia a partir de la muerte de Karen Carpenter. Se nos revela cómo empezó a cantar junto a su hermano Richard, la ascensión al estrellato, los conflictos con los sellos discográficos y, por cierto, la obsesión con los alimentos de la flacuchenta Karen. Hasta aquí todo suena a una película de Hallmark, pero...¿qué pasaría si todo lo anterior hubiera sido filmado con muñecas Barbie y Ken?
La experiencia de ver Superstar (no confundir con la comedia del mismo nombre) es rara. Uno no sabe si Haynes se está riendo de la anorexia o si está intentando convencernos de que lo suyo es un homenaje respetuoso y preocupado sobre el tema. Lo único concreto son las sensaciones que producen los largos planos de ensoñación, ciertos diálogos ingeniosos y una atmósfera derechamente enrarecida que anticipan lo mejor de este cineasta. Bravo torrents, bravo internet, bravo por mi computador nuevo. Y mal por Richard Carpenter, que hace veintiún años que tiene la película "prohibida para su exhibición y distribución" de manera absoluta.

Friday, February 29, 2008

LA BIBLIA DEL HORROR ORGÁNICO



A L'INTERIEUR (aka Inside) Dirigida por Alexandre Bustillo y Julien Maury. Con Alysson Paradis, Beatrice Dalle, Nathalie Rousell, Ludovic Berthillot, Nicolas Duvauchelle. Disponible en DVD Zona 1 próximamente o en distribuidores no tradicionales.

El otro día llegó a mis manos esta película. La acepté sólo porque actúa Beatrice Dalle y ya saben lo que le ocurrió a mi generación con Beatrice Dalle: vimos Betty Blue cuando éramos muy chicos y, claro, bastó traducir el título original 37,2 en la mañana, para convertirla de inmediato en una musa sexual. Los primeros minutos de Betty Blue son parte de mi antología porno, junto con algunos momentos de El último tango en París o el polvo de Cuerpos ardientes (Body heat, de Lawrence Kasdan).

En A l'interieur (un título enigmático fácilmente confundible con cine-arte), la señora Dalle no aparece desnuda sino bastante tapada, pero nunca antes los huesos de su rostro se vieron más angulosos e impresionantes. Todo en ella proyecta tensión, miseria y locura, los tres ingredientes más reconocibles en esta película demente surgida de la novísima corriente del horror francés. Amparados por el éxito de Alexandre Aja (El despertar del diablo), los realizadores de A l' interieur decidieron filmar algo así como la anti-Juno. Estamos ante una película que toca el tema del aborto, pero no desde el punto de vista meramente sociopolítico, sino desde el aspecto más biológico, el orgánico, el correspondiente a piel, fluidos, sangre, vísceras y tejidos, todos ellos presentes en la cinta desde su chocante secuencia de créditos.

Sarah (Allyson Paradis) tenía cuatro meses de embarazo cuando chocó en auto junto a su marido. El padre de su hijo murió trágicamente y ella tuvo que aperrar sola. Ahora tiene nueve meses, es la noche de Navidad, y se prepara para tener a su hija en las próximas horas. Sola, independiente y aquejada por los recuerdos de su difunta pareja, en medio de la noche Sarah recibe una visita inesperada. Al igual que en High tension, el terror se manifiesta en las horas de descanso, sirviendo como el catalizador para detonar una seguidilla de terrores domésticos que, en este caso, tiñen de sangre todo lo que se mueva. La visita que Sarah no espera es La Femme, una Beatrice Dalle encajada en un impermeable negro y con  muchas ganas de hablar con la dueña de casa. Lo que sigue es, como siempre en estos thriller gore-sicológicos, el baño de sangre, esbozado aquí como un festín donde la simpleza de los recursos y la crueldad de los cineastas para maltratar a sus personajes resulta sencillamente admirable. No se trata de efectismo puro, sino de una verdadera declaración de principios. En A l'interieur todo lo que se puede cortar, se corta, todo lo que se puede clavar, se clava, premisa que se cumple cabalmente hacia el desenlace. La villana interpretada por Dalle dispone de una variada gama de herramientas para torturar a su víctima. No recuerdo imágenes más inquietantes como las que finalmente desencadenan el fin de la lucha entre víctima y victimaria. Sólo puedo decir que el rostro de Beatrice Dalle seguramente ocupará mis pesadillas durante varias noches más. O, al menos, hasta que se estrene el remake de Funny Games, de Michael Haneke, con Naomi Watts.